Jorge Eugenio Ortiz Gallegos
De septiembre de 1939, fecha de la fundación de Acción Nacional, hasta 1988 cuando se iniciaron las negociaciones "en lo oscurito" entre Luis H. Alvarez del PAN y Carlos Salinas de Gortari, los diputados de la oposición se consideraban textualmente como representantes del pueblo, pero en los reglamentos democráticos, con una doctrina de partido que estaba inspirada a partir de principios de ética y de constantes Convenciones de discusión y difusión de sus tesis para el desarrollo nacional.
Hemos corrido ya 20 años de los candidatos saltimbanquis, que se pasan de uno a otro partido. Las discusiones de ideologías que antes ocurrían en el seno de cada partido político, se han convertido en cambiantes posturas a la conveniencia e interés político de los altos miembros del gobierno.
Por eso cada día más la política es un asunto de "credencial para votar", que se exige como identificación personal ante los tribunales y los bancos.
Los intereses oscuros de los compromisos internacionales de los poderes económicos, de la comunicación y del llamado mercado libre, son los que dirigen la gran confusión que se nos echa encima a través de los medios masivos de publicidad. Y los personeros gastados por el tiempo, pretenden tener en sus manos las verdades que deben pesar para definir las políticas de los presupuestos de la publicidad, del gobierno y de las empresas económicas.
El siguiente ejemplo repite la falsedad de los procesos electorales. En el 2001 contendieron por la gubernatura de Michoacán: Felipe Calderón Hinojosa por Acción Nacional y Lázaro Cárdenas Batel por la Coalición de Izquierda del PRD.
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