sábado, 18 de octubre de 2008

Distrito Federal; ciudadanía en movimiento





Bernardo Bátiz V.

En todo el país veremos movilizaciones en protesta contra la pretensión de abrir la puerta de nuestro petróleo a intereses particulares y ajenos, pero sin duda la batalla cívica crucial, la que definirá el rumbo de la nación mexicana en las próximas décadas, se dará en la capital del país. Están ya formadas las filas de quienes en estos días evitarán que se altere subrepticiamente la legislación constitucional que reserva para la nación “el control y la propiedad” de las áreas estratégicas de la economía, entre ellas el petróleo.

El martes pasado se dio el anticipo: varias decenas de miles de ciudadanos, convocados menos de 48 horas antes se reunieron al llamado de quien encabeza el movimiento en defensa del petróleo. Entre el Hemiciclo a Juárez y el antiguo templo de Corpus Christi, una multitud abigarrada dio nuevamente muestras de su decisión de defender la economía nacional contra quienes se quieren apoderar del petróleo.

La gente escuchó cuál es la situación del debate en el Senado de voz de Pablo Gómez, experimentado legislador. El auditorio se mostró alegre y entusiasta y disfrutó las ironías del senador, quien relató los altibajos de lo logrado en comisiones.

Poco después la arenga, que fue subiendo de tono, de serena a exaltada, de López Obrador, encendió los ánimos y arrancó el compromiso de todos a salir adelante. El martes, como en otras ocasiones, nadie se excluyó y todos están prestos a evitar el atropello que ensombrecería aun más el futuro de México.
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