La bienaventurada Chepinísima Vázquez Mota

Me gusta el estilo de Josefina Vázquez Mota que, a diferencia de muchos políticos vergonzantes, no niega la cruz de su parroquia. Mientras tantos y tantos ex correligionarios buscan la manera de sepultar su pasado foxista bajo un impetuoso estilo calderónico más nerd que nunca, ella lo reafirma con orgullo y dignidad. En medio de los tumultuosos, infinitos, inabarcables, desmesurados y faraónicos festejos de los 80 años de Carlos Fuentes, la secretaria de Educación Pública tuvo un lapsus que no puede ser sino premeditado para demostrar que sólo Fox salva: confundió al autor de Gringo viejo con Octavio Paz. Por supuesto, retumbó en sus centros la tierra. Desde su tumba, el autor del Mono gramático se revolcaba mientras Artemio Cruz se armaba para ir a tomar a balazos el Conaculta. Fue como confundir a los chuchos con encinistas.
Junto a ella, no sólo palidece José Luis Borgués sino hasta el inolvidable momento de Martita Sahagún cuando, haciendo gala de su agricultura y recursos hidráulicos, dio a conocer a la gran poeta Rabina la Gran Tagora.
La Chepinísima está en plan grande. No sólo ha sobrevivido al fuego amigo de la maestra Gordillo que se pasea por este sexenio como Atila frente a Roma, sino que tiene el aplomo de hombre de verdad como para mostrar públicamente su latente foxismo.
¡Bienventurada!
Tanto o mas como el amplio grupo social llamado de adultos en plenitud a los que, finalmente, les llegará su dotación de viagra para experimentar, a pesar de los estertores estentóreos de la crisis económica, el livin’ la vida loca. Ese Marcelo Ebrard es una chucha cuerera en materia de imaginación y creatividad. En vez de perder el tiempo con el geriatra, que las fuerzas vivas de la tercera edad se la pasen ejerciendo su derecho al prau-prau. Yo digo que en el GDF tienen que agregar al tratamiento su dotación de condones, no se vaya a crear la primera generación de mexicanos que en vez de padres tendrán tatarabuelos con su cocol incluido.
Esas criaturas serán una leyenda urbana casi al nivel de las verdaderas identidades de los mezquinos, que son los que chingan la nación, según dijo Jelipillo en un encendido discurso en la leonera del PAN. Unos dicen que se fue contra el Yunque, otros contra el Hellboy Espino, otros que fue contra Germy Martínez & boys que están en un acelerado proceso de aburguesamiento y metrosexualización.
Para no ser menos que el PRD, en el PAN también tienen su chuchinero.
¡Bienaventuraos los hunos a los otros!
jairo.calixto@milenio.com