• La ruta del balazo
• Terror mexiquense…
En las batallas, mi estimado, los que más miedo tienen son los que corren siempre el mayor peligro. Menudo inicio de semana para cerrar en breve este accidentado 2008. Con las temerarias declaraciones de Felipe Calderón aclarando que su (des)gobierno no negocia ni negociará con grupos y que el haber ignorado o pretendido administrar la delincuencia en lugar de enfrentarla con determinación en el pasado trajo consecuencias funestas para México basta y sobra para el listón del regalo navideño. La lindura de afirmación se dio en el marco de un desayuno de fin de año, ni más ni menos que… con integrantes de la Secretaría de Marina.
La aseveración presidencial, my friend, que además desencadenó una puntualísima respuesta del presidente de la Comisión de Seguridad en el Senado, Felipe González, solicitándole que porfa dé los nombres de quienes supuestamente administraron la organizada delincuencia reprochándole de pasadita, que no debe caer en lenguaje encriptado o en claves cuando se está hablando de un problema tan serio y delicado para el país, avienta una explosiva bolita de originales responsabilidades en momentos en donde, as we speak, la espiral de violencia está imparable y la impunidad es la reina sexenal.
Calderón ha abierto un emocionante debate culpando a administraciones anteriores del actual desmadre rojo dándose además un balazo en la sien.
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