Carlos Fernández-Vega
■ Aterrador balance oficial en materia de soberanía alimentaria
■ Discurso sin acción, respuesta internacional a la masacre perpetrada por Israel
A punto de concluir este agitado 2008, ya se escuchan las tradicionales fanfarrias que emanan del micrófono oficial sobre “los grandes logros”, aquí y allá, en un sector y en los otros también, aunque la credibilidad de los eventuales receptores del mensaje brille por su ausencia, en medio de una terca realidad que los ubica en la exacta dimensión del problema.
Uno de esos “logros”, versión Sagarpa, es que en 2008 las importaciones de alimentos “podrían llegar a poco más de 19 mil millones de dólares”. ¡Felicidades!, pero de acuerdo con la estadística del Inegi, lo anterior, que desde luego no es “logro” alguno, sólo sería posible si el país hubiera cerrado las fronteras a la importación de ese tipo de productos desde el pasado 21 de noviembre y extendiera la medida hasta el 31 de diciembre. Sólo así, con 40 días menos en el balance, podrían “celebrar” esos 19 mil millones de dólares, un monto de por sí aterrador para efectos de soberanía alimentaria.
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