Carlos Fernández-Vega
■ “Para que vivamos mejor”, sólo un slogan
■ Dólar y euro terminan el año al alza
A punto de concluir 2007, los augurios para el año entrante resultaban por demás alarmantes, pues advertían sobre la “inminencia recesiva” en Estados Unidos. Lo anterior se traducía en que, por obvias razones, la economía mexicana “crecería” a menor ritmo –de por sí lánguido–, se generaría un reducido número de empleos formales que ni de lejos atendería la demanda real (que ya es tradicional) y que la inflación crecería a un ritmo mucho mayor que el estimado por el gobierno federal.
Por aquellos no lejanos tiempos, los expertos en la materia coincidían en que “la economía mexicana registrará en 2008 un menor crecimiento que el observado en los dos años previos, pero con una inflación en ascenso propulsada por el aumento a las gasolinas, mayores costos fiscales por la entrada en vigor del impuesto empresarial a tasa única (IETU), e incrementos en los precios de los alimentos y materias primas importadas. Según pronostican los principales grupos financieros que operan en el país, la inflación general repuntará a 4 por ciento, desde 3.7 estimada en 2007; en tanto, especialistas califican de insuficiente la reforma fiscal y llegan a considerar que el crecimiento de la economía mexicana podría de ser de apenas 1.5 por ciento… Las principales presiones inflacionarias durante este año provendrán, por el lado externo, del alza en los precios internacionales de los alimentos y las materias primas; en tanto que por el interno, se concentrarán en el aumento en las gasolinas” (La Jornada).
Leer Nota AQUI