Encontrábame yo felizmente durmiendo en mi camita –en estos fríos días lluviosos que hemos tenido en la gloriosa Chinampa de un lago escondido-, cuando la amable y firme voz de Carmen Aristegui me sacó de mi letargo: “el alcalde panista de Guanajuato castigará con cárcel o multa hasta por $2,000 a quien se bese en la vía pública” -¡jijos de su gómezmorina madre!, Tenía que salir con alguna mam…arrachada ese cara de pollo lavado del presidentucho municipal; como este año a los pinches panuchos ya se les acaba el ¢20 en la administración local…”- Pensó la exiliada jaguara. –Bueno, al cabo que yo ni me beso en la vía pública, y menos en Guanajuato (en territorio de el ojo felino de la Sra Jaguara…no pos no es negocio compañeros)- Concluyó.
Pero el problema no es ese, ni sólo ese: resulta que el mencionado medicucho de título comprado (“¡Cuidado, ese que acaba de comprar su título falsificado puede ser tu médico! ¡No te calles, alza la voz!” Atte. Consejo Derechizador Empresarial, alias El Yunque. P.D.- Si se trata del hermanito menor de alguno de nuestros distinguidos militantes, no te quejes, nos preocupamos tanto por tí que en vez de permitirle recetarte aspirinas, te lo enjaretaremos de alcalde; así ejecutará eficaces campañas contra el SIDA y contra las caries prohibiendo que la pecaminosa gente rinda culto a Satán manifestando públicamente esa obscenidad que llaman amor) en su Bando de policía y (dizque) buen gobierno, también prohibió otras cosas, de las cuales se puede reflexionar que el asunto es mucho más grave que besarse o no el la vía pública. La libre manifestación de afecto; de las ideas a través de un volante; la silenciosa y apolítica -pero de elemental sentido común en quien ama a su ciudad- resistencia a las obras que atenten contra nuestro bello paisaje arquitectónico; la criminalización del trabajo honesto “por la libre”; o la inculpación al pobre de su precaria situación (“la pobreza es natural, el pobre es el que es malo”), son actitudes propias de la derecha recalcitrante y constituye un indicativo de que nos dirigimos hacia un Estado fascista, pues eso ya es intromisión en la vida privada y atenta contra las garantías individuales. La ultraderecha representada por el hermano mayor, Juancarlitos del Yunque, aplaude las medidas emprendidas por el cara de pollo lavado del Reyezuelo local.
Pero el problema no es ese, ni sólo ese: resulta que el mencionado medicucho de título comprado (“¡Cuidado, ese que acaba de comprar su título falsificado puede ser tu médico! ¡No te calles, alza la voz!” Atte. Consejo Derechizador Empresarial, alias El Yunque. P.D.- Si se trata del hermanito menor de alguno de nuestros distinguidos militantes, no te quejes, nos preocupamos tanto por tí que en vez de permitirle recetarte aspirinas, te lo enjaretaremos de alcalde; así ejecutará eficaces campañas contra el SIDA y contra las caries prohibiendo que la pecaminosa gente rinda culto a Satán manifestando públicamente esa obscenidad que llaman amor) en su Bando de policía y (dizque) buen gobierno, también prohibió otras cosas, de las cuales se puede reflexionar que el asunto es mucho más grave que besarse o no el la vía pública. La libre manifestación de afecto; de las ideas a través de un volante; la silenciosa y apolítica -pero de elemental sentido común en quien ama a su ciudad- resistencia a las obras que atenten contra nuestro bello paisaje arquitectónico; la criminalización del trabajo honesto “por la libre”; o la inculpación al pobre de su precaria situación (“la pobreza es natural, el pobre es el que es malo”), son actitudes propias de la derecha recalcitrante y constituye un indicativo de que nos dirigimos hacia un Estado fascista, pues eso ya es intromisión en la vida privada y atenta contra las garantías individuales. La ultraderecha representada por el hermano mayor, Juancarlitos del Yunque, aplaude las medidas emprendidas por el cara de pollo lavado del Reyezuelo local.
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