Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
Demostró que el centro es también una postura. Y que con frecuencia requiere más valentía que los extremos
No es el mesías. Pero es más que un presidente. Es un hombre de Estado. Qué envidia.
Aun así, es probable que el primer mensaje haya desilusionado a muchos: a los de la izquierda más rabiosa que esperaban un panfleto revolucionario; igual a los ultraderechistas que demandaban un discurso conservador lejano a las promesas de campaña. En cambio, Barack Obama demostró que el centro es también una postura. Y que con frecuencia requiere más valentía que el estruendo de los extremos.
Por supuesto que nadie podría esperar un programa de gobierno. Era previsible un discurso “nada más conceptual” y acorde a la ceremonia de toma de posesión. Sin embargo, además de la riqueza en los conceptos, asoman líneas sustanciales de gobierno:
—“Nuestra nación está en guerra contra una vasta red de violencia y odio”. Me recuerda aquel artículo estremecedor de Susan Sontag, después del 11 de septiembre: “¿Por qué nos odian tanto?”.
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