Estando Calderón en el puerto de Acapulco –municipio de una riqueza concentrada en los inversionistas del turismo, mientras el resto de Guerrero se sigue hundiendo en la miseria y el mal gobierno de Zeferino Torreblanca (empresario que compró la franquicia del Partido de la Revolución Democrática para disfrazar su derechización), pues impera la corrupción– se refirió a la crisis económica que se verá agravada porque los estadunidenses (y todo el mundo, ya sin excepciones, pues Rusia y China han entrado al circuito cerrado del capitalismo) tienen severo freno en su economía.Han cerrado su mercado a las compras y México está dejando de exportarles (de sus maquiladoras y demás producción nacional) más del 80 por ciento de lo que les vendemos. Hace dos o tres meses, Felipe Calderón y Agustín Carstens despreciaron los efectos del desastre inmobiliario y después financiero de nuestros vecinos. Ahora, aceptan que nos invadirán para agravar nuestra situación de por sí dañada por la mala gestión foxista, los dos años calderonistas de estancamiento y lo que hemos venido arrastrando desde que, sobre todo, el salinismo implantó y el zedillismo continuó: el capitalismo salvaje o neoliberalismo económico.
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