Martí Batres Guadarrama
Objeciones de la Memoria
El peso de los acontecimientos, negados torpemente en un primer momento, y la severa afectación para la economía y la tranquilidad en distintos sectores de la población de nuestro país, obligaron al reconocimiento de una crisis subestimada, desestimada y mal diagnosticada, a la que se ha respondido tardíamente con medidas tibias e insuficientes como lo señalan ya diversos colegios de economistas, organismos cúpula y otros sectores de la iniciativa privada que de esta forma expresan su descontento para con aquél en el que confiaron y, aceptan, ya les falló.
Mientras aquí se siguen haciendo diagnósticos light (“saldremos fortalecidos”, “somos el centro del mundo”, etcétera), en Estados Unidos, por ejemplo, se adoptan medidas eficaces en favor de las mayorías. Sorpresivamente, el presidente de aquel país, Barack Obama, ordenó congelar los salarios de los altos mandos gubernamentales y revisar la actividad de los grupos de presión, al tiempo que, aseguró, trabajará para hacer más transparente su mandato y restablecer la confianza ciudadana. Nada que ver con el supuesto plan anticrisis de Calderón.
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