domingo, 22 de febrero de 2009

Nacos contra criollos

El Despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti


Racismo. De vez en cuando vuelvo sobre este tema. Las castas en México no han desaparecido. La criollada, pequeña minoría, controla la economía, la política y la cultura. Cada vez que frecuento el tema se despierta inquietud entre mis lectores, felicitaciones y críticas.
En un espacio tan reducido, la necesidad de ser sencillo y un tanto provocador me impide matizar. Con base en lo que me han dicho mis lectores haré algunas precisiones: yo creo que la hegemonía criolla ha crecido en lugar de estabilizarse o disminuir. Es cierto, hace muchos años se logró el triunfo ideológico de que no existieran oficialmente barreras raciales entre los mexicanos. Pero un racismo eficaz e hipócrita permea la sociedad mexicana. En el fondo sabemos que la desigualdad brutal que vive el país tiene un fondo racial. Hoy los monopolios privados, políticos y mediáticos que controlan la vida de México están controlados a su vez por criollos.
Los mestizos son más progresistas que los criollos. Se ven obligados a competir. Muchas de las pequeñas y medianas empresas manejadas por mestizos deben soportar una competencia feroz y desleal de los monopolios y oligopolios. No pueden sobrevivir sin ingenio y laboriosidad formidables. Los monopolios controlados por la hegemonía criolla imponen precios y condiciones y están asfixiando la posibilidad de crecimiento y desarrollo. Los mestizos son también el motor de los cambios políticos. Se encuentran en una situación de injusta inferioridad, bloqueados en sus vidas profesionales y en su prosperidad. Ellos son quienes están desarrollando mayor inconformidad y aprendiendo a organizarse. El movimiento de AMLO tiene como base fundamental las capas medias y medias bajas de la población predominantemente mestiza.
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