José Cárdenas
Siempre he pensado que el dinero enviado en minutos por nuestros compatriotas, principalmente desde EU, no es sólo una estadística macroeconómica sino un puñal clavado en el orgullo nacional. Nuestros migrantes son hijos expulsados por la falta de oportunidades en su propia tierra. El dinero es obtenido con mucho más que esfuerzo y sudor, en un clima agravado por las redadas y deportaciones, la política antiinmigrante y la violación sistemática de los derechos humanos. Son compatriotas que topan con el muro fronterizo, mil 765 cada día, 73 cada hora, uno por minuto. Tan cerca de México, tan cerca de EU, jodidos siempre.
Gracias al American dream, México es el principal receptor de remesas en Latinoamérica y el tercero a nivel mundial, después de India y China. Las remesas constituyen la segunda fuente de divisas, detrás de la venta de petróleo. En el primer bimestre de 2009 las remesas tuvieron una caída de 7.39% respecto al mismo periodo de 2008, según datos del Banco de México difundidos por la Asociación Mundial de Mexicanos en el Exterior (AMME), que aglutina a 788 organizaciones de connacionales en EU.
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