El Estado mexicano violó sus garantías individuales. Fueron agredidas con golpes en todo el cuerpo, despojadas de su ropa, violentadas sexualmente, mordidas, pellizcadas… les cubrieron el rostro, les introdujeron dedos y objetos anal y vaginalmente, las violaron, las humillaron, las insultaron, las amenazaron de muerte y finalmente se les negó la asistencia ginecológica para que no pudieran demostrar la tortura sexual…
Ese fue el calvario por el que pasaron 47 mujeres detenidas en Atenco hace tres años; de las cuales, solo 11 han decidido continuar con las denuncias contra los policías de los tres niveles que ejecutaron la tortura sexual buscando aniquilarlas como mujeres y como colectivo.
La tortura sexual en Atenco tiene nombre de hombre: se llama Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México y actual aspirante a la presidencia del país, por el Partido Revolucionario Institucional. Fue quien ordenó la represión contra campesinos y floristas, violando todas las leyes que garantizan el respeto a los derechos humanos y los tratados internacionales que el gobierno de México ha ido firmado de manera hipócrita, pero no respeta.
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