En las recientes elecciones para el Parlamento Europeo y según los datos provisionales, la derecha triunfó sobre las corrientes socialdemócratas y, desde luego, sobre las radicales (tanto de izquierda como de derecha) y las ecologistas. Por encima del triunfo de los partidos estuvo el del abstencionismo. Éste, que representó 57 por ciento del padrón electoral de los 27 países de la Unión Europea (un aumento de dos puntos por comparación con 2004) favoreció a las derechas y en algunos países, como Francia y Alemania, a la que ya está instalada en el gobierno. El Parlamento Europeo estará dominado por una mayoría del derechista Partido Popular Europeo, que agrupa a los principales partidos nacionales de esta orientación. La abstención, en tanto no se demuestre otra cosa, favoreció en general a los derechistas, es decir, a los partidos incondicionales de la desregulación económica, de la impunidad del capital financiero y de las privatizaciones que, junto con los republicanos de Estados Unidos, produjeron la crisis que atraviesa al mundo en estos momentos.
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