Ramón Alfonso Sallard
En la época de Salinas, sus seguidores solían decir que el presidente era tan grande como Mijail Gorbachov. Les fascinaba comparar las reformas soviéticas con las mexicanas. Pero la disolución de la URSS desvaneció ese discurso. Aún más: los salinistas tuvieron el pretexto perfecto para seguir impulsando la apertura económica (perestroika) sin apertura política (glasnost), pues la segunda había sido la responsable de la implosión, según ellos.
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