MÉXICO, D.F.; 23 de enero (Apro).- La Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos acaba de aprobar lo que aquí en México la elección presidencial del 2006 con Felipe Calderón y la precandidatura de Enrique Peña Nieto para el 2012 han demostrado ser certeros ataques a la democracia.
El pasado jueves 21, en una votación dividida de cinco a cuatro, la Corte estadounidense echó abajo las restricciones legislativas que durante más de seis décadas impidieron a empresas y sindicatos pagar campañas a favor y en contra de candidatos.
Los sectores más conservadores estadounidenses, que en la víspera del primer aniversario de la llegada de Barack Obama habían recuperado el martes la mayoría en el Senado estadounidense, lograron que los jueces del máximo tribunal de ese país declararan inconstitucional los criterios vigentes desde 1947 y reforzados todavía hace seis años con la ley McCain-Feingold.
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El pasado jueves 21, en una votación dividida de cinco a cuatro, la Corte estadounidense echó abajo las restricciones legislativas que durante más de seis décadas impidieron a empresas y sindicatos pagar campañas a favor y en contra de candidatos.
Los sectores más conservadores estadounidenses, que en la víspera del primer aniversario de la llegada de Barack Obama habían recuperado el martes la mayoría en el Senado estadounidense, lograron que los jueces del máximo tribunal de ese país declararan inconstitucional los criterios vigentes desde 1947 y reforzados todavía hace seis años con la ley McCain-Feingold.