El día 20 se cumplió un cuarto de siglo de la muerte del escritor Luis Spota, autor de casi treinta novelas que relatan el país que fue México entre los años 40 y fines de los 70 del siglo XX.
Fue el suyo un fresco enorme y ambicioso que incluía todo: al mexicano que peleó en la Segunda Guerra Mundial, a los braceros o “mojados” que cruzaban a Estados Unidos para ganarse unos dólares, tema por entonces tan novedoso que dijeron que lo había inventado, a un torero que quiso y consiguió el éxito aunque a costa del sacrificio personal, a una actriz de la época de oro del cine mexicano, a la lucha por el poder de los líderes sindicales, a la construcción de una presa en medio de la selva que le sirvió para mostrar su admiración por el régimen de Alemán y sus grandes obras de infraestructura, a la burguesía que había nacido a la sombra de la Revolución y se enriquecía a pasos agigantados y a la otra cara de ese proceso que eran los pobres que empezaban por entonces a llegar a la ciudad de México y a establecerse en sus márgenes. |