“Los mexicanos tienen la televisión que se merecen”, dijo Emilio Azcárraga Milmo. ¿Uno merece lo que no puede evitar o se amolda en los intersticios de lo irremediable? En esto como en todo, las comunidades han sentido que la falta de alternativas se compensa con el círculo vicioso: la disminución oprobiosa de oportunidades se vuelve a fuerza el entretenimiento creativo. “El hombre natural no puede distinguir lo que ve de lo que cree ver”.
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