El hartazgo por la permanencia de un solo partido en el poder produjo la alternancia partidista, iniciada con el triunfo de Acción Nacional en la lucha por la gubernatura de Baja California, en 1989; seguida por la victoria perredista en el Distrito Federal y la pérdida de la mayoría priísta en la cámara de diputados en 1997, y llegada a su culminación en 2000 con el triunfo de Vicente Fox para “echar al PRI de los Pinos”.
Ahora ese hartazgo se ha ampliado y comprende a todos los partidos. La insatisfacción respectiva se sostiene en innegables datos de la realidad y ha sido magnificada por una eficaz propaganda surgida de factores de poder contrarios a los partidos, que aspiran a sustituirlos sin atreverse a expresar ese propósito. |