1. Muchos “analistas políticos” en México son ingenuos o, por miedo, sólo actúan como si lo fueran. Buscan siempre echar la culpa de los males a los funcionarios secundarios (secretarios de gobierno, gobernadores, presidentes municipales) para no tocar al “Señor Presidente” como los religiosos hacen con Dios. Con más de 80 años de vivir el Presidencialismo, donde en política “no se mueve una hoja” sin que la ordene el “Gran Tlatoani”, ¿no se les ocurre pensar que fue el presidente Calderón quien –desesperado porque los legisladores del PRI aprueben su paquete económico- le ordenó al presidente del PAN ofrecer lo que sea y luego nombró al secretario de Gobernación para dar fuerza al acuerdo? ¿Piensan que Calderón es tonto y fue pirateado por el “inteligente y serio” secretario de Gobernación, quien fue el que legalizó el pacto?
2. Pensar que el presidente Calderón no sabía es un oportunismo político o una bobada. (Los cubanos son más directos al decir: “Mira Chico, eres bobo o come mierda, porque bobo no eres”) La realidad es que Gómez Mont, el pelele de Fernández de Cevallos, al renunciar al PAN lo único que hizo –sin querer- es destapar la cloaca de ese partido y de toda la clase política. Gómez Mont debería renunciar, pero no solo él sino que también Nava y Paredes para que esos partidos –que de por sí están llenos de mugre- limpien su cuerpo pestilente. Calderón, como máximo dirigente del PAN y “primer panista” también debe renunciar por mil asuntos más, pero se sabe que ésta sólo se puede lograr como producto de una lucha profunda. ¿Alguien podría seguir repitiendo que Gómez Mont tiene palabra, que es honesto, cuando fue el que avaló todo? |