Expuso que Pemex es un bocado tan grande para los funcionarios corruptos, que se tienen episodios de deslealtad, venganzas y enfrentamientos fratricidas, como el que protagonizaron Reyes Heroles hijo y Juan Camilo Mouriño, quien lo amenazaba con pedirle al Presidente Calderón su destitución.
Son incalculables los desvíos en Pemex, como un contrato de 450 millones de pesos por un trabajo que no llegaba ni a los 30 millones. Hay evidencias de que cien millones fueron a dar a una cuenta privada del propio director que lo asignó.
En su libro documenta que el actual director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, gustaba de viajar mucho a Nueva York y Europa, hospedarse en los hoteles boutique de las ciudades que recorría, y comer en los lugares más exclusivos de París, Londres y Nueva York, gastando cantidades exorbitantes. Era el derroche del entonces director del área financiera con cargo a Pemex.
La injerencia de Mouriño en Pemex era inmensa. Fue tan real que arrinconó a los directores en turno. Tenía a su servicio a gente como Yolanda Valladares Valle, a quien impuso como gerenta de Desarrollo Social. A su amigo de juegos, Karim Elías Bobadilla, lo impuso en la Contraloría Interna de Pemex Exploración y Producción. Tenía el encargo de vigilar el desempeño de compañías y funcionarios en la subsidiaria más importante de Pemex, y no daba margen de maniobra a Reyes Heroles.
A la esposa de Karim la ubicó en un cargo importante en Profeco para salvaguardar sus negocios en el ramo energético, y en muchas de las delegaciones de Campeche los funcionarios llegaron como cuotas de Mouriño.
Del origen del enfrentamiento de Mouriño con Reyes Heroles, hay versiones que apuntan que se derivó de que uno alentaba a empresas de Estados Unidos y el otro de Europa, específicamente de España. “Lo que si es un hecho es que el panismo ha dejado un mal sabor de boca en los nueve años que llevan al frente de la paraestatal”.