1. El tema político que más se ha discutido en México en las últimas semanas –paralelo al fortalecimiento del narcotráfico y sus victoriosas confrontaciones contra el ejército de gobierno- ha sido la llamada política de alianzas electorales entre partidos (PRI, PAN, PRD y otros) que disputan los principales cargos del país, desde la presidencia de la República, la legislatura y hasta la presidencia municipal de la más miserable y recóndita población. Dado que esos tres partidos son los mayoritarios y cualquier alianza PAN-PRD puede lograr un triunfo aliado sobre el PRI que ha recuperado enormemente su poder desde 2006, el tema ha dado mucho para la especulación política. En tanto la extrema derecha en el gobierno (PAN) se ha aliado a la socialdemocracia (PRD) “para acabar con el caciquismo priísta” el PRI argumenta que “la derecha y la izquierda no pueden aliarse porque corresponden a dos programas radicalmente distintos”.
2. La realidad es que hay enormes trampas –no puede esperarse otra cosa de partidos tan corruptos- en las argumentaciones: a) el PRI, que se ha calificado como partido de centro, puede aliarse –como históricamente lo ha hecho- con la socialdemocracia o con la derecha porque de ambos es cercano; b) la alianza de los extremos –según él- es totalmente ilegal porque no persigue el mejoramiento del país sino sólo oponerse al PRI; c) PAN-PRD dicen que quieren acabar con el caciquismo y la corrupción en Oaxaca y Puebla queriendo tapar que esos vicios son enfermedad gravísima en todo el país, entre todos los gobernadores, políticos y empresarios. Los altos dirigentes de esos tres partidos crecieron y viven aún las putrefacciones que se dan en las alianzas, sobre todo en los acuerdos de intercambios que se dan entre partidos y gobierno de los que la población sólo llega a enterarse por errores que cometen los mismos negociadores.
3. El pasado lunes 15 estuve en una exposición de ideas acerca de las alianzas electorales entre partidos en la terraza de la hermosa mansión del llamado Museo del Estanquillo o “Casa Monsiváis”, situada a dos calles del Zócalo de la ciudad de México. Aprovechando el día de asueto, nos reunimos alrededor de 150 personas con el fin de escuchar las intervenciones de los doctores Ramón de la Fuente (UNAM), Denis Dresser (ITAM), Pedro Salazar (IIJ-UNAM) y Alberto Aziz (CIESAS) Este Foro fue convocado por un instituto de estudios dirigido por el PRD, pues en primera fila estaban los orteguistas Graco Ramírez, Carlos Navarrete y Guadalupe Acosta. La realidad es que los tres ponentes hombres se manejaron con mucho tacto y moderación dando respaldo a las alianzas “buenas” y rechazando aquellas sin objetivos claros, pero la Dresser echó caballería contra el PRI y justificó las alianzas para “evitar el regreso del monstruo”. |