Es el gabinete pesado de seguridad. Desde la secretaria de Estado, Hillary Clinton, hasta el asesor presidencial de Asuntos de Seguridad Interior y Antiterrorismo, John Brennan, pasando por el secretario de la Defensa, Robert Gates, la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, el director general de Inteligencia, el director de la DEA y el mismísimo jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, almirante Michael Mullen, quien sólo aparece cuando se anuncian intervenciones militares, incursiones bélicas o “peligros inminentes” para EU. En total, 11 funcionarios del más alto nivel, rango y responsabilidad en el gobierno del presidente Obama.
Si es raro verlos reunidos a todos ellos en Washington, más lo es que sesionen fuera de EU, por lo que apenas se estaría exagerando si consideramos esta visita como la primera reunión extraterritorial emergente del gabinete de seguridad del gobierno de Obama. Y tan alta distinción no es para Afganistán, Iraq, Yemen, Somalia o algún otro Estado fallido donde tienen lugar guerras regulares o irregulares, de alta y baja intensidad, sino para México, nación donde se libra una lucha contra el crimen que, en la percepción de propios y extraños, “se está perdiendo” |