domingo, 30 de septiembre de 2012

Hay alimentos; despojo de tierras y especulación los encarecen, acusan

 Neoliberalismo y escasez

  • Subirán más los precios; citadinos serán los más perjudicados: dirigente agropecuario
Foto
Participantes en el Seminario Internacional sobre Políticas Públicas para la Soberanía AlimentariaFoto José Antonio López
Susana González G.
 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de septiembre de 2012, p. 3

Un acelerado despojo de la tierra a los campesinos –perpetrado por trasnacionales– y el hambre entre los pobres de las ciudades, ya no sólo del campo, se perfilan como características particulares del nuevo encarecimiento mundial de los alimentos, advierte Paul Nicholson, de la Unión de Agricultores y Ganaderos Vascos y fundador del comité internacional de La Vía Campesina, donde participa desde hace 20 años.

No hay ninguna lógica productiva ni de oferta y demanda, asevera, que justifique ese constante encarecimiento. Tampoco hay escasez, ya que la reserva mundial de granos básicos cubre en 150 por ciento las necesidades alimentarias de la población de todo el planeta, es decir, tenemos proteínas de sobra, pese a los daños en el sector agrícola provocados por el calentamiento global, el uso de granos básicos para fabricar combustibles y el aumento intensivo de la ganadería.

No hay falta de alimentos, es su acaparamiento y control, así como la utilización de la necesidad alimentaria lo que permite a las empresas elevar los precios, señala en entrevista con La Jornada. Niega que el alza en los precios de los productos agropecuarios favorezca a los campesinos, como llegan a sostener gobiernos e instituciones financieras.

Todo lo contrario: sus gastos aumentan más que sus productos. Sólo los grandes productores que acaparan las cosechas son los beneficiarios.
Para los organismos multilaterales, como el Grupo de los 20, el Fondo Monetario Internacional o el Banco 

Mundial, el encarecimiento de los alimentos es una preocupación formal, absolutamente superficial, pero la verdad es que se crean “bolsas especulativas, y hoy día lo que más vale en el mundo son la tierra y los alimentos, más que los metales preciosos, que requieren un desarrollo industrial, porque (los comestibles) son el medio ‘más seguro’ para seguir incrementando sus ganancias”.

Ver mas


Síguenos en twitter @radioamlo