Néstor de Buen
Esta ha sido una semana
 inquietante en la que el tema que a todos interesa ha sido el de la 
reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) propuesta por el presidente 
Calderón con la consigna de que el Congreso la apruebe en un término 
perentorio de dos meses, que prácticamente se está reduciendo a una 
semana, por lo que, cuando lean ustedes estas notas, no es difícil que 
se haya llegado ya a una conclusión favorable al proyecto presidencial, 
habida cuenta de la coincidencia sustancial entre los dos partidos 
políticos representantes el día de hoy de la derecha más rotunda, el PRI
 y el PAN.
Ovbiamente se está produciendo la esperada oposición del PRD, pero su
 minoría evidente en el Congreso no hace nacer muchas esperanzas de que 
su oposición sea eficaz.
Este sábado pasado han sido importantes las declaraciones de Alfonso 
Navarrete Prida, quien ha puesto de manifiesto que el tema no se discute
 solamente en el Congreso sino que ha sido cuestionado por especialistas
 y dirigentes sindicales mexicanos, entre otras cosas por la propuesta 
del pago por horas y la desaparición de los contratos colectivos a 
futuro.
Es evidente que el proyecto es más que discutible porque establece 
como proopuesta la reforma de los artículos de la LFT que, aunque sea 
sin mucho entusasmo, defienden el principio constitucional de la 
estabilidad en el empleo, que la iniciativa agrede de manera violenta al
 establecer los contratos a prueba y los contratos que exigen una 
capacitación cuya calificación final la ponen en manos del empresario.
Otro tema muy discutido ha sido el del pago por hora, que de acuerdo 
con lo dicho por Navarrete Prida, lo rechaza el propio presidente electo
 Enrique Peña Nieto. Sin embargo, debo aclarar que esa es una hipótesis 
que está prevista en la ley vigente, en su artículo 153-H, que plantea 
en su párrafo III que los aspirantes deberán presentar exámenes de 
evaluación de conocimientos y de aptitud que sean requeridos, lo que 
evidentemente deja en manos del patrón la posibilidad de rechazar al 
candidato, sin reconocerle derecho alguno a una indemnización o, por lo 
menos, a una nueva oportunidad de presentar examen.
Ver mas
Síguenos en twitter @radioamlo
 
 
 
.jpg) 
.gif) 
 
 


.jpg)