Pedro Miguel
En el mes que empieza mañana festejaremos dos aniversarios muy pegaditos: el segundo del fraude de 2006 y el vigésimo de la imposición de 1988. Distintos y semejantes, distantes pero concatenados; bebé el primero, y todo un veinteañero el segundo; agravios omnipresentes y lacerantes los dos, y generadores, ambos, de sendas caudas de catástrofes en la política, la economía y la sociedad.
Por supuesto el discurso institucional dice que tanto Carlos Salinas como Felipe Calderón llegaron a la Presidencia como resultado de la voluntad popular expresada en las urnas, pero ésos, en México, no son los únicos casos de discordancia entre la verdad jurídica y la verdad: ahí tienen a una Suprema Corte dedicada a la fabricación de inocentes (el góber precioso no conspiró para agredir a Lydia Cacho: fue una alucinación auditiva padecida de manera simultánea por millones de mexicanos), una procuraduría federal que se encarga de fabricar culpables (como el inocente Asier Arronategui, encarcelado durante tres años, extraditado a España y recientemente puesto en libertad sin haber sido sometido a juicio) y a una anciana de Zongolica, Ernestina Ascención Rosario, que no fue violada y asesinada por soldados, sino que murió a causa de una “gastritis mal atendida” (versión calderonesca) o de “desnutrición crónica” (versión soberanesca).
En ambas ocasiones el régimen político mexicano, pese a sus transmutaciones y disfraces de época, puso en práctica la misma directiva: “En caso de resultados electorales cerrados, evítese el recuento e impóngase en el cargo al candidato oficial”. En el habla coloquial moreliana, de facto se dice “haiga sido como haiga sido”, lo que constituye una vacuna para las impertinencias del antecesor hablantín que se aparece de cuando en cuando para recordarle al de turno que no fue electo sino heredero. Más considerado que Fox, De la Madrid, máximo responsable del chiquero electoral de 1988, esperó 17 años antes de admitir que el PRI había perdido los comicios de ese año (http://casampolde.googlepages.com/mmh.mov).
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