María Teresa Jardí
Al leer los encabezados de la sección República del POR ESTO! de hoy --es decir, de ayer para ustedes que esto leen hoy-- me viene a la cabeza la palabra balance.
Ocho millones más de pobres han engrosado las listas de los muchos millones de pobres que tenía el país desde siempre. Listas que han crecido de manera escandalosa, en lugar de disminuir, desde que la derecha llegó al poder y mezcló la empresa con la política para poder manejar como rancho propio el país.
Y ahí está el monumental fraude de Zedillo contra la nación mexicana, al que indistintamente se le conoce como Fobaproa o como IPAB, como demostración acabada de que todo se puede y todo se vale para la derecha que hoy con un usurpador a la cabeza promueve de manera desesperada el surgimiento de un estallido violento, necesario para reprimir violentamente también, es experta en violencia la derecha, en tanto se le roba a la nación lo poco que le queda. No hay que ir lejos a buscar a los secuestradores ni hay que hacer grandes esfuerzos para combatir ese delito. Abran el Fobaproa y castiguen a tres involucrados enviando el mensaje de que se acabó la impunidad y santo remedio. De país que encabeza en el mundo el primer lugar entre los países que permiten el secuestro, se pasaría a cero secuestros, en días, si se abriera y castigara el Fobaproa.
Porque además si no se hace así el usurpador, tomadito de la mano de Mouriño, se largará a vivir a otro país luego de haber dejado sin nada a la nación mexicana como hizo Zedillo luego de haber cancelado la vida digna, con el Fobaproa, a varias generaciones de mexicanos. Y todos sus compinches harán lo mismo. De hecho no hay rico que pueda hacerlo que no lo esté haciendo ya. La necedad de la familia Mouriño de hacerse de más gasolineras, en la carretera Mérida-Progreso, se inscribe en ese contexto: el de la necesidad de promover un estallido violento que desespera al usurpador y a su gabinetito, porque no llega.
Un México dividido. Un Norte próspero y un Sur condenado a la miseria, desde Salinas claramente decidido. Igualados en los pocos años de la dictadura que Fecalillo encabeza. Porque eso es la usurpación: la imposición de una dictadura. Ni más ni menos. Y los resultados saltan a la vista. Un Norte y un Sur igualados por la inseguridad y la violencia, resultado de los terribles, a pesar de que aún son tan pocos, deberíamos temblar por lo que traerán los que restan, años de usurpación PRIAN/ fecalista apoyada por los Chuchos perredistas.
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