Álvaro delgado
MÉXICO, D.F., 18 de agosto (apro).- Justo en el contexto de la psicosis por el asesinato del niño Fernando Martí, cuya indignación legítima e impostada perfila una marcha que se pretende semejante a la del 2004, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ricardo González Sada, ha dado una muestra más de la lógica con la que actúa el poder económico: Llama a “eliminar” a Andrés Manuel López Obrador.
En Monterrey, Nuevo León, enclave de una porción de los magnates de México, el portavoz del sindicato patronal llamó este lunes 18 de agosto a no dar pie para que dirigentes políticos, como Andrés Manuel López Obrador, aprovechen la situación económica del país –obviamente pésima-- en su beneficio político.
Curiosamente, el dirigente empresarial reconoció que actualmente hay elementos que permiten la desigualdad y la pobreza, por lo que son necesarias políticas públicas que permitan un mayor crecimiento económico.
Según la nota de José Manuel Martínez, enviado de Expansión --la revista de la cadena CNN que justamente convoca activamente a la marcha del 30 de agosto--, González Sada destacó que es necesario que la competencia entre empresas mejore para que sus beneficios lleguen al consumidor final o, de lo contrario, continuarán las diferencias sociales y la acumulación de riqueza de forma injusta.
Enseguida expresó: “Obviamente seguirá estando el pasto seco para que, no López Obrador, eliminémoslo del horizonte, pero si no es López Obrador siempre habrá alguna gente (sic) que esté con el cerillo en la mano dispuesto a echarlo en esas hojas secas.”
Más allá de su caótica manera de hablar, González Sada convoca a sus agremiados a “eliminar” al por ellos odiado excandidato presidencial, que remite a la proclama del excaciller Jorge Castañeda: “A López Obrador hay que frenarlo por las buenas, por las malas o como sea.”
Puede ser un equívoco el llamado de González Sada --cuya cabeza de la nota de Expansión en internet fue “Coparmex pide ‘eliminar’ a AMLO”--, pero después de las acciones que le siguieron a la recomendación de Castañeda, emitida en el 2004, tiene sentido pensar que los magnates de México pueden proceder de cualquiera manera para liquidar a quien es considerado un enemigo de quienes él denomina la “mafia política”.
Sobre todo, además, cuando está en curso el proyecto más anhelado del empresariado nacional y extranjero, la privatización del petróleo, y el único movimiento que se opone es el que encabeza López Obrador, más allá del partido en el que formalmente milita y que a diario da muestras de una corrupción deleznable.
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