María Teresa Jardí
Algunos de ustedes, quizá, como yo misma, recordarán con nostalgia la época del llamado boom de la novela latinoamericana. Con nostalgia: la novela pienso, de entrada, al escribir la anterior frase. Pero de inmediato pienso que, con nostalgia, también la época. Existían entonces los valores y regían los principios en los que, a pesar de la represión, combatían las dictaduras. La humanidad en general y los latinoamericanos en particular teníamos esperanza y el sueño de construir, para todos, un mundo mejor, era nuestra guía.
Me encanta la novela y doy gracias de haber vivido hasta hoy tan sólo por tener la oportunidad de leer a autores como Mankell, por nombrar alguno.
Disfruté a Carpentier y a Manuel Scorza, a Cortazar y a Sábato, a Onetti y a García Márquez, a Augusto Roa Bastos y a Miguel Angel Asturias, etc.
Cada uno, a su manera, con un libro, al menos, caracterizando a uno de los dictadores de moda.
No fueron los primeros en hacerlo. Ahí está como muestra, Del Valle Inclán, Tirano Banderas.
No fueron los únicos tampoco y hoy la novela española aún refleja la sombra de Franco y lo mismo hacen, incluso de manera más explícita, autores argentinos y chilenos.
Pienso hoy en ellos ni siquiera porque los tenga a mano para releerlos. Mis libros están en Mérida y yo escribo desde el D.F. mi colaboración.
Pienso en ellos al leer la nota de nuestro diario donde se nos informa que: “… El gobierno espurio reforzó las medidas de seguridad dentro y fuera de la Cámara de Diputados, para contener la marcha que el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo realizará este martes del Zócalo hacia San Lázaro, y el operativo fue supervisado personalmente por el titular ilegítimo de Seguridad, Genaro García Luna. El funcionario se reunió con el presidente de la Mesa, César Duarte, y con el coordinador panista Héctor Larios. Duarte aseguró que se trató “de una visita de cortesía”, pero desde la mañana cientos de policías federales y elementos militares de civil se apostaron en las principales entradas y áreas estratégicas de la Cámara…”.
Y no me queda más que remitirme a las dictaduras para explicarme el miedo a los ciudadanos que en los impresentables representantes de los partidos despierta la defensa de los bienes de la nación empezando por la soberanía que se ha comprometido a entregar el usurpador.
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miércoles, 29 de octubre de 2008
2008: En México se instaura la primera dictadura latinoamericana del siglo XXI
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arquera