6/OCTUBRE/2008
PLAZA PÚBLICA
Tijuanización
MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA
Es imposible seguir puntualmente la cuenta de las ejecuciones en Tijuana. En nueve días fueron asesinadas 59 personas. El ritmo de la violencia es vertiginoso: entre el lunes 29 y el jueves dos, las víctimas sumaban 31, a las que se agregaron 10 más el viernes, y otras 12 en las primeras horas del sábado. El número pudo haber crecido entre ese momento y este en que los lectores tienen el diario en sus manos.
Las bandas surgidas de la neutralización de los hermanos Arellano Félix se están matando entre sí. No serán pocos quienes lo digan satisfechos, como si el exterminio entre narcodelincuentes fuera una labor de profilaxis social, una suerte de limpieza étnica en que las víctimas no pertenecen a orígenes culturales diversos y aún encontrados, sino a pandillas que rivalizan por el dinero que a carretadas deja su ruin comercio. Pero lejos de causar bien a la sociedad, las ejecuciones cruzadas, las agresiones y las venganzas, le generan daño creciente porque la libertad con que los matarifes circulan por esa ciudad desplazan del control de las calles a las autoridades. Si no hay freno a ese dominio, pronto el verdadero Gobierno en Tijuana y a acaso en Baja California toda (pues en Tecate y Playas de Rosarito la violencia crece también) lo ejercerán a balazos los matones.
Como ocurrió con la ofensa lanzada por la trivialización periodística a Colombia, cuando el nombre de ese País se convirtió en verbo y en sustantivo que indicaban pudrición, Tijuana empieza a significar incapacidad gubernamental para garantizar la seguridad pública: En un encuentro entre legisladores guatemaltecos y el Gabinete del presidente Álvaro Colom, “el Gobierno nos explicó que si no se frena la delincuencia , el País corre el riesgo de convertirse en una nueva Tijuana”, informó la diputada Nineth Montenegro, lo cual se lee en una nota titulada “Alertan sobre tijuanización de Guatemala”. (El Universal, 3 de octubre).
La contienda armada que sin obstáculo alguno libran en esa ciudad las bandas del narcotráfico es ejemplo claro de la futilidad de los esfuerzos gubernamentales, cuando se emprenden, destinados sólo a descabezar a los cárteles. Los hermanos Arellano Félix ya no ejercen directamente el mando en la mafia tijuanense (por muerte o por captura de algunos de ellos), pero eso no implicó disminución en la presencia de su grupo. Cuando los varones quedaron inhabilitados para seguir al frente de las operaciones (las mercantiles y las violentas) Enedina Arellano Félix, imprimió un giro distinto al negocio, lo modernizó y lo llevó adelante. Su hermana Alicia aportó a la operación familiar a su hijo Fernando Sánchez Arellano, un muchacho apodado “El Ingeniero”, en torno del cual giran hoy las disputas tijuanenses.
Aunque sea ya un lugar común decirlo, es claro que las andanzas del narcotráfico (la distribución y venta de su mercancía, y el ataque armado a la competencia) sólo son posibles por acción y omisión de las autoridades. Aunque el PAN gobernó ese municipio durante 18 años, antes de que por los tres siguientes lo desplazara Jorge Hank Rohn, suele atribuirse al Gobierno de éste el auge de la delincuencia organizada. Lo probable es que la influencia criminal sobre las autoridades comenzara en tiempos del panismo (restaurado ahora) y creciera bajo el efímero dominio del PRI. Lo cierto es que la penetración ha sido tan profunda, que la doble alternancia en el Ayuntamiento no ha significado cambio alguno en la capacidad gubernamental de enfrentar la violencia callejera que hoy aqueja a los tijuanenses como bajo el dominio del dueño del casino de Agua Caliente.
Hace 10 años, en una ponencia ante el Foro de Derecho Penal sobre Narcotráfico, Jesús Blancornelas, el periodista que más llegó a conocer a ese grupo criminal, de las armas de cuyos sicarios brotaron las balas que casi lo mataron en noviembre de 1997, habló así de los Arellano Félix, de su impunidad, que ahora beneficia a su herederos:
“En 1985, siendo apenas unos jovencitos, los Arellano Félix comenzaron a ser conocidos en Tijuana. La primera referencia a ellos es cuando se les mencionó durante un decomiso de droga realizado por el Ejército en Tijuana, durante el sexenio del licenciado Xicoténcatl Leyva Mortera. Desde entonces han estado en el poder tres presidentes…, y en Baja California cinco gobernadores…Por lo menos una docena de procuradores generales de la República. Una cantidad igual de procuradores estatales. Otro número menor de titulares del Instituto Nacional de Combate a las Drogas. También del grupo federal contra el crimen organizado. Cientos de comandantes de la Policía Judicial Federal, y miles de agentes, incluyendo a los estatales.
“Todos, en conjunto, no han podido contra ellos. Pero, además, en los últimos 20 años han sido atrapados mafiosos de primera línea…, mientras que los Arellano permanecían libres. Ni siquiera dio resultado que Estados Unidos los incluyera en la lista de los nombres más buscados.
“Este pequeño recuento nos da una idea no solamente de la capacidad que tienen los Arellano para eludir o comprar a la justicia, sino la inteligencia para operar sin ser atrapados. Su cártel estaba organizado de tal forma que invirtieron los papeles de sus antecesores que se dedicaban principalmente al cultivo de la mariguana…”
Los hermanos famosos finalmente fueron encarcelados, aquí o en Estados Unidos, pero su apellido sigue presente en la escena, lo mismo que la impunidad que los benefició.
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YUNQUELAND ROMPIENDO EL CERCO INFORMATIVO.
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