• ¿Y el secretario de Economía, apá?
• EU: las formas y el fondo…
Una promesa, mi estimado, es una letra de cambio que se gira contra nuestro destino. Poco ruido e insuficientes nueces se desencadenaron alrededor del singular encuentro bilateral entre el presidente electo Barack Obama y Felipe Calderón. Fue una original photo-op de una simpática reunión que no está pronosticada para dejar en el corto plazo grandes resultados, sobre todo cuando en la agenda del nuevo inquilino de la Casa Blanca está el asunto de la recesión económica que aún está lejos de tocar fondo y que llevó a Obama a solicitarle a Bush que, porfa, se pusiera las pilas antes de irse para empujar la liberación de los 350 millones de dólares restantes para el rescate del colapso financiero que nada más en el rubro del desempleo en Estados Unidos podrá alcanzar, según estimaciones para este 2009, la escalofriante cifra de cuatro millones.
Leer Nota AQUI