Será que estoy muy sensible por la derrota del América y el grato triunfo de los Acereros de Pittsburg que quieren repetir las glorias de Terry Bradshaw y la Cortina de acero. La cosa es que no sé qué me conmueve más, si la declaración de Jelipillo en el sentido de que por culpa de Fox nos quedamos sin amigos en el mundo (¡Pero qué tal nos divertimos con sus gracejadas!), o la certeza del gran Carlos Salinas de que, en efecto, ganó las elecciones del 88 y que cualquiera lo puede constatar yendo a contar las actas resguardadas en la esquina que domina Penitenciaría y Eduardo Molina, donde está el otrora Palacio Negro de Lecumberri, hoy Archivo General de la Nación. Tiene su gracia que la famosa cárcel donde el sistema ejercía su derecho al monopolio de la violencia y el Ledo gritaba ¡Pepe El Toro es inocente!, se resguarden los bonitos recuerdos de aquellas elecciones que hicieran célebre al Innombrable.
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