Martí Batres Guadarrama
Objeciones de la memoria
30 de enero de 2009
Desde el poder económico, político y mediático, sus detractores llevan más de 10 años atacándolo con virulencia. Después del robo electoral en 2006, en innumerables ocasiones le han decretado la muerte política. No pierden ocasión para machacar hasta el cansancio que ahora sí, —¡por fin!— se quedó solo, que perdió fuerza, arrastre y autoridad moral entre la población. Reconocen ya estar hartos de sus acertadas críticas (que se vuelven temas centrales de la agenda nacional) y del movimiento que encabeza. Pero ahí sigue.
Gran parte del avance electoral de la izquierda en nuestro país, entre 1988 y 2006, se debe al trabajo que ha realizado junto con miles de luchadores sociales, pero también con el apoyo de amplios sectores de la población que, como él, buscan un verdadero cambio de vida.
Andrés Manuel López Obrador es el dirigente político que más municipios y comunidades alejadas ha visitado en la última década. Los dos últimos años ha estado en más de 2 mil municipios. El simple anuncio de que visitará una ranchería o comunidad se traduce en caluroso recibimiento de cientos y hasta de miles de personas. Por eso es el dirigente que más mexicanos ha saludado de mano, el que más kilómetros ha recorrido del territorio nacional y el que más veces ha llenado el Zócalo de la ciudad de México: 31 veces, hasta la concentración del pasado 25 de enero que estuvo atiborrada por sus seguidores.
Leer Nota AQUI