miércoles, 14 de enero de 2009

Muerte de la fantasía política mexicana

La deconstrucción de la esperanza:

POR JOSÉ MANUEL OROZCO GARIBAY*

Estamos en presencia de un sin sentido más. Bajo el eje semántico de lo que significa la fantasía, hablamos ahora de la muerte de la fantasía en sentido político. Eso quiere decir que la imagen teatral de una separación de poderes es en realidad la pantomima de un grupo de gente que ‘dice que hace leyes’. O quiere decir que los discursos del ejecutivo federal abren el espacio a un teatro donde se habla del compromiso para erradicar la corrupción en todas sus formas, mientras el propio titular del Ejecutivo tenía como principal colaborador a un hombre, Juan Camilo Mouriño, involucrado en tráfico de influencias. Y quiere decir que los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación son hombres y mujeres de togas negras que primero discurren en contra de una ley que privilegia a los monopolios (el caso Televisa, por ejemplo), y luego corrigen esa decisión, o censuran la inmoralidad, pero no tocan al gobernador de Puebla, por ejemplo. Qué decir del teatro de un señor de nombre Ulises Ruíz que ahora se placea, hace comerciales promoviendo su imagen de gran gobernador de Oaxaca, "servidor público ejemplar" que en su momento violó todos los derechos humanos en su guerra contra la APPO.
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