Carlos Martínez García
Son personajes que dan miedo. Esos que, según la arquidiócesis primada de México, persiguen las inocentes convicciones religiosas de los integrantes de la alta clase gobernante del país. Los talibanes del laicismo, según el semanario católico Desde la Fe, son enfermos que buscan exterminar a valientes políticos que exponen abiertamente sus creencias religiosas.
La publicación que prohíja la jurisdicción eclesiástica encabezada por el cardenal Norberto Rivera Carrera ha producido un editorial digno de esa acuciosa antología recopilada, anotada y comentada por el historiador Gastón García Cantú: El pensamiento de la reacción mexicana (segunda edición, revisada y ampliada, tres tomos, UNAM). Para Desde la Fe, los críticos de lo que dijo Felipe Calderón Hinojosa en su discurso de hace dos semanas al inaugurar el sexto Encuentro Mundial de las Familias (católicas) son enfermos de anticlericalismo, fúricos talibanes, cortos de inteligencia, poseedores de una enorme y monumental intolerancia, enfermizos del laicismo, ignorantes, miopes, rabiosos, primitivos defensores no del Estado laico, sino de un Estado arcaico, intransigentes, autoritarios, ignorantes, grotescos, incapaces, antidemócratas, ridículos y ya no le sigo con los adjetivos, pero los lectores pueden encontrar más en la reseña que del editorial católico hizo anteayer el reportero José Antonio Román en las páginas de La Jornada.
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