Arturo Alcalde Justiniani
La visión universal de la seguridad social se ha convertido en pilar fundamental de la política social de muchos países con economías incluso más débiles que la nuestra, superando el falso argumento de que una protección básica y general es idealista o populista. Países interesados en crecer con justicia social han entendido que invertir en salud, pensiones generales, seguro de desempleo y acceso real a la formación profesional son requisito esencial para mantener una economía activa, mejorar la competitividad y la paz social. Garantizar un piso básico de protección social facilita que se logren acuerdos productivos en un segundo nivel, ya sea por la vía de la contratación colectiva o del diálogo económico y social. De esta manera se superan las resistencias a los cambios con el justo argumento de que perder el empleo significa carecer de seguridad social para la familia y de un ingreso elemental para subsistir. Un esquema de protección social básica nos hace recordar que en la calle todos somos iguales y que un padre o madre desesperado busca cualquier alternativa para dar protección y alimento a sus hijos. En los países que han adoptado un modelo de protección universal básica se viven altos niveles de seguridad pública, ésa que todos añoramos.
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