• ¿Un flotis llamado IBOPE?
• ¿Al diablo con el bodrio electoral?
El origen de la vanidad, mi estimado, es la falta de confianza en el propio criterio. Abierta la divertida temporada de las señales, Carlos Slim lanzó un misil marca ACME poniéndole los puntos a las íes económicas de este (des)gobierno al advertir, en el marco de su participación en el foro México ante la crisis, el tamaño... de la tormenta (perfecta), como para que sus temerarios jinetes se vayan preparando para el tsunami del desempleo, de la caída libre del PIB, de la quiebra de un buen número de empresas y del cierre de comercios y, para que no le quede duda al inservible Gymboree de Los Pinos, el buen Carlos se pitorreó del pedante término presidencial afirmando que no quiero ser catastrofista, pero será una situación delicada y habrá que estar preparados para enfrentarla para que después no estemos llorando…
El severo misil no sólo pega directo en la línea de flotación de la percepción de un Estado fallido sino que pone de un madrazo a Felipe en su lugar quien, junto a la incontinencia verbal de Agustín Carstens y los otros disfuncionales, no para de escupir (para arriba) frivolidades, inconsistencias e incoherencias sobre la peligrosa crisis económica…
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