JENARO VILLAMIL
Fue el famoso decretazo, negociado por Marta Sahagún de Fox y Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa.
En 2006, en plena campaña presidencial, impusieron en el Congreso una ley confiscatoria del espectro radioeléctrico y de las telecomunicaciones, la ley Televisa, bajo el chantaje de que si los partidos no apoyaban sus ambiciones, les aplicarían el "castigo" en la pantalla comercial y en la negociación de los spots para los comicios federales de ese año.
En 2007, protagonizaron una "rebelión" en el Senado y transmitieron en vivo y en directo aquella famosa sesión en la que los principales comentaristas de los medios electrónicos se unieron al unísono para encubrir sus intereses bajo la acusación de que la reforma electoral era violatoria a la libertad de expresión.
El pasado fin de semana, en vísperas del inicio del proceso electoral de 2009, Televisa y TV Azteca mintieron abiertamente a las audiencias de sus eventos deportivos y otros programas para acusar al Instituto Federal Electoral de haberles ordenado transmitir "en bloque" los spots de los partidos políticos. No sólo eso. A través de conductorescomo Javier Alatorre, en Canal 13, comenzaron su propia guerra sucia contra las campañas electorales con mentiras insostenibles.
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