- De maquiavélico grillo a médico geriatra
- De un estado de derecho a un estado de desecho
Carlos Fernández-Vega
En su nueva faceta de médico, sicólogo, geriatra, abogado y vocero de la familia De la Madrid, Carlos Salinas de Gortari decidió "desmentir" lo dicho por su antecesor en Los Pinos –e impulsor de su propia estancia en la residencia oficial–, porque aparte de gagá –según su propia aseveración–, en la entrevista con Carmen Aristegui don Miguel mostró "la limitación de sus capacidades" y el "deterioro de sus facultades".
Dada su virulenta reacción tras las declaraciones de Miguel de la Madrid y su sesudo análisis, queda la impresión de que el hijo predilecto de Agualeguas, Nuevo León, aprovechó muy bien su dorado exilio, porque todo indica que Carlos Salinas de Gortari no se dedicó a la tenebra ni a salvar su dinero y a su hermano –en ese orden–, sino a cursar la carrera de medicina en alguna universidad irlandesa, con posgrado en sicología y mención honorífica en geriatría. Cuando menos a esa conclusión invita el detallado diagnóstico que él mismo divulgó el miércoles por la noche sobre el "deplorable" estado de salud que guarda el "limitado de sus capacidades".
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