Plan B
Ahora a los niños y las niñas de las escuelas les enseñan el miedo, la exclusión y la intolerancia. Por órdenes de la Secretaría de Educación y de la Secretaría de Salud, estudiantes del colegio Montessori, acostumbrados a repartir su almuerzo con sus compañeras, para saber que el pan y el agua se comparten con el prójimo, no pueden hacerlo más. Luego de años de enseñarles a cooperar, en una semana han aprendido a despreciar a sus iguales. En las escuelas públicas y privadas están prohibidas la colaboración, la compasión y la ayuda mutua. Ya no pueden prestarse lápices ni plumas ni plastilina ni crayolas, porque podrían contagiarse de una enfermedad mortal, según les dijeron los maestros.
A un niño que estornudó le dieron una paliza, a una niña que tosió le escupieron entre todos los niños. Ya no quieren jugar basquetbol porque alguien dijo que el sudor contagia la influenza. Otros, viendo que los futbolistas salvadoreños usarán tapabocas para jugar contra el Tri, inventaron insultos para decir salvadoreño; cultivando la xenofobia pagan con la misma moneda.
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