El Ombudsman o presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos no sería, ni con mucho necesario, si los mecanismos de procuración e impartición de justicia previstos en la Constitución (y que paga el pueblo precisamente para que no se violen los derechos humanos de ningún mexicano) verdaderamente funcionaran y cumplieran con su responsabilidad para que ninguna autoridad violentara las garantías individuales de los ciudadanos.
La realidad ha sido distinta, los mexicanos vivimos amenazados por excesos, abusos y agresiones de quienes debían cuidarnos y respetarnos persiguiendo, en cambio, solo a quienes cometieran delitos y atentaran contra la convivencia en el orden y el respeto a la Ley.
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La realidad ha sido distinta, los mexicanos vivimos amenazados por excesos, abusos y agresiones de quienes debían cuidarnos y respetarnos persiguiendo, en cambio, solo a quienes cometieran delitos y atentaran contra la convivencia en el orden y el respeto a la Ley.