La actitud combativa de los sindicalistas del SME que pugnan por conservar su fuente de trabajo no se ha traducido todavía en logro alguno. En el caso de quienes se mantienen en huelga de hambre en el Zócalo de la Ciudad de México, su salud se deteriora tan rápido como la credibilidad del gobierno calderonista, que sigue sordo, insensible ante las demandas de los electricistas... En la crónica que aquí presentamos, la reportera de Proceso cuenta con detalle lo que vio y escuchó durante más de 24 horas de estadía en el campamento de huelguistas del SME.
MÉXICO, D.F., 2 de junio (apro).- “¿Hasta cuándo saldré de aquí? Hasta que pierda la conciencia”, dijo Miguel Ángel, y lo mismo sostuvo María del Rocío, ambos integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que se declararon en huelga de hambre en protesta por la liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LFC). Pero después de más de 20 días tuvieron que salir del campamento por problemas de salud.
Al igual que ellos, por lo menos 17 de los 93 manifestantes se han retirado por problemas de salud, algunos graves. Rocío prometió volver cuando se la llevó la ambulancia porque se le bajó la presión y se sentía mareada, pero sólo Miguel Ángel regresó.
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MÉXICO, D.F., 2 de junio (apro).- “¿Hasta cuándo saldré de aquí? Hasta que pierda la conciencia”, dijo Miguel Ángel, y lo mismo sostuvo María del Rocío, ambos integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que se declararon en huelga de hambre en protesta por la liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LFC). Pero después de más de 20 días tuvieron que salir del campamento por problemas de salud.
Al igual que ellos, por lo menos 17 de los 93 manifestantes se han retirado por problemas de salud, algunos graves. Rocío prometió volver cuando se la llevó la ambulancia porque se le bajó la presión y se sentía mareada, pero sólo Miguel Ángel regresó.