A Pemex no le conviene la supervisión, porque tendría que asumir una serie de compromisos. Muchos accidentes no trascienden. La solución es presionar a Pemex para que se acabe este modelo corrupto
Bloqueos a la libertad sindical, falta de seguros, bajos salarios, poca capacitación y prácticas corruptas figuran entre las anomalías reinantes en la industria petrolera privada en México, denuncian sindicalistas y expertos en el tema.
"Los trabajadores de los contratistas privados no tienen la capacidad para la actividad costa afuera", aseguró a IPS Ysmael García, secretario del Interior del sindicato Orden de Capitanes y Pilotos Navales de la República Mexicana (OCPNRM).
"A los contratistas y subcontratistas lo que les interesa es hacer dinero", añadió el dirigente de este sindicato que agrupa a más de 300 miembros de empresas particulares.
En la Sonda de Campeche, la principal fuente petrolera mexicana situada en el golfo a más de 1.100 kilómetros al sudeste de la capital mexicana, trabajan unas 100 plataformas de explotación y producción, en las que laboran unas 20.000 personas. De ellas, unas 4.000 pertenecen a la firma estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y el resto a compañías privadas.
Ambos grupos pertenecen a universos distintos, pues los operarios de la petrolera estatal poseen seguro y atención médica, mientras que los segundos ejercen su oficio en una virtual indefensión, en una actividad riesgosa por su exposición especialmente a fenómenos extremos climáticos, como tormentas o temperaturas altas o bajas.
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"Los trabajadores de los contratistas privados no tienen la capacidad para la actividad costa afuera", aseguró a IPS Ysmael García, secretario del Interior del sindicato Orden de Capitanes y Pilotos Navales de la República Mexicana (OCPNRM).
"A los contratistas y subcontratistas lo que les interesa es hacer dinero", añadió el dirigente de este sindicato que agrupa a más de 300 miembros de empresas particulares.
En la Sonda de Campeche, la principal fuente petrolera mexicana situada en el golfo a más de 1.100 kilómetros al sudeste de la capital mexicana, trabajan unas 100 plataformas de explotación y producción, en las que laboran unas 20.000 personas. De ellas, unas 4.000 pertenecen a la firma estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y el resto a compañías privadas.
Ambos grupos pertenecen a universos distintos, pues los operarios de la petrolera estatal poseen seguro y atención médica, mientras que los segundos ejercen su oficio en una virtual indefensión, en una actividad riesgosa por su exposición especialmente a fenómenos extremos climáticos, como tormentas o temperaturas altas o bajas.