Jorge Lara Rivera
En este país de modas, el tema tal vez va perdiendo actualidad pero merece otro examen. Y es que el cerco mediático que los poderosos intereses oligárquicos –locales y extranjeros– impusieran a la Consulta Nacional Ciudadana, ansiosos por privatizar a PEMEX, parece agrietarse.
Al respecto, comienza a fluir alguna información en prensa y se cuela hasta los internautas desde la red, aunque en no pocos casos el manejo de los datos es tendencioso. Los reportes, por ejemplo, ponen un sospechoso énfasis en los defectos de la jornada, mientras exaltan sin pudor las opiniones hostiles a aquélla, procurando minimizar su significado histórico y el alcance político de su realización.
Así, nos hemos enterado que el ejercicio ciudadano que supuso ese domingo (27 de julio) costó la increíble suma de ¡45 millones de pesos! Increíble, digo, pues la cifra palidece ante los derroches de quienes sangran al erario desde la burocracia con sus superfluos gastos de representación y las jugosas prerrogativas de los partidos políticos que, ya vimos, se pelean como en piñata; menos, claro, que las sumas alcanzadas por los conocidos fraudes y escándalos de corrupción en el tráfico entre emporios, cárteles y malos funcionarios. Y, desde luego, insignificante comparada con lo gastado en publicidad y otros medios ‘persuasivos’, que desde hace meses el gobierno federal viene erogando para granjearse voluntades y presionar a los ciudadanos a aceptar sin chistar el despojo que promueve.
A propósito, desde el fin de semana ha vuelto a intensificarse el lavado cerebral al público desde la televisión con la andanada de spots que mediante ‘gente común’ prefabricada hablan, como alicias doctoradas al vapor, del país de maravillas que seremos si entregamos PEMEX al capital privado extranjero vía sus personeros (Juan Camilo Mouriño, César Nava, Elías Ayub, Dionisio Pérez Jácome, Jr., Javier Lozano Alarcón, Guillermo Valdés Castellanos, Germán Martínez Cázares, Georgina Kessel, Jesús Reyes Heroles, Jr., entre otros).
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