miércoles, 6 de agosto de 2008

Y ahora... ¡a juancamilizar al país!

• ¿¡Y el informe, apá…!
• Escupir hacia arriba...

La desesperación, mi estimado, infunde valor al hipócrita. Nada como hacer sentir al capital español el absoluto respaldo, simpatía y complicidad de un gobierno como el de Felipe Calderón en estos días aciagos, en el que su chisguete parece ser el documento más manoseado del sexenio. Nada como recibir el apoyo declarativo de la vicepresidenta de la nación europea, María Teresa Fernández de la Vega, en su divertida visita a México para deslizar que España ve con buenos ojos (subtle term) el chisguete presidencial donde el sector privado pueda tener una mayor participación y que, aunque no lo parezca, el beneficio económico para las empresas y México será excelso. Magnífico. Descomunal, yes?

Y para que todo mundo vea que ¡Viva España!... Calderón, el agradecido, reviró un atinadísimo compromiso ante la funcionaria ibérica a revisar las leyes para que los españoles residentes en nuestro país puedan elegir presidente.

Chingón.

Felipe va a Juancamilizar al país.

A preparar todo para la importación, ahora sí constitucional, de los tabiques de arena electoral españoles rumbo al accidentado 2012, donde ya se escucha la cascada del voto por petróleo, y al diablo con lo demás. El atractivo romance energético bilateral hace ya planes ambiciosos de matrimonios electorales. No deberá sorprender, my friend, que en este affaire internacional haya motín entre consorcios porque no habrá equidad en la repartición del botín.
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