“¿Este es el país que imaginaron Hidalgo y Morelos? Evidentemente no”, señala José Manuel Villalpando, director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INE-HRM) para referirse al escaso conocimiento de la mayoría de la población acerca del pensamiento de los héroes de esa lucha libertaria, pero, sobre todo, a la necesidad de divulgar información que sea útil para la reflexión.
Advierte que el sistema educativo nacional no ha hecho otra cosa que “escamotearnos” la historia, de ahí que las actividades hacia los festejos por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana deberían ser punta de lanza para modificar los métodos de enseñanza.
“¿Realmente somos libres? ¿Podemos salir tranquilamente a la calle? ¿Hay justicia? Al responder a esas preguntas también tenemos el derecho de cambiar nuestras ideas acerca del país que queremos, y para ello necesitamos saber qué ocurrió en el pasado y hacia dónde queremos ir”, dijo.
Ahora que se discute en el Congreso de la Unión la reforma a Petróleos Mexicanos, comentó, sabríamos que México tiene una tradición de siglos en los cuales se acepta que lo que hay en la tierra y debajo de ésta perteneció primero a los dioses; luego, con los virreyes de la Nueva España, se subrogaron los derechos de los tlatoani y la riqueza pasó a la corona, y con la Independencia se colocó a la nación como titular originaria.
“Hay una tradición enorme de tlatoani-corona-nación, en un orden directo, cada uno subrogado al derecho anterior, pero pienso que cada generación tiene derecho a hacer su historia. No debemos quedarnos marcados por el pasado”, opinó.
Con base en su experiencia, el funcionario admite que el gran reto durante los festejos en referencia y, también después de ellos, es enfrentar una “realidad terrible”: difundir materiales en un país donde no nos enseñaron a leer, donde los libros son muy caros, hay pocas librerías y el tiempo para desarrollar esta actividad es escaso.
Desde La casa de los dos patios, ubicada en San Ángel, con uno de los presupuestos más bajos de las áreas dependientes de la Secretaría de Gobernación (21.2 millones de pesos para este año), Villalpando asegura que es necesario ir más allá de la historia que nos ha sido “drenada” desde la época del porfiriato, seguida por el régimen priísta.
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