viernes, 21 de noviembre de 2008

La catástrofe de un sistema

Víctor Flores Olea

Durante la reunión del G20 en Washington, George W. Bush afirmó que “la mejor muestra de las virtudes mercantilistas y de libre inversión del sistema capitalista estadounidense y mundial eran los cerca de 80 años de prosperidad contra unas cuantas semanas de crisis”. Conclusión: no debería cambiarse el sistema sino apenas echarle el hombro en este tiempo de dificultades.
Por supuesto el actual jefe de la Casa Blanca pasó por alto las crisis periódicas que golpean al sistema: una prosperidad que concentra la riqueza y abandona a los pobres y pone en práctica una explotación perpetua que consiste en transferir sin pausa hacia las clases y países de la abundancia recursos que empobrecen a la inmensa mayoría. Y olvidó también decir que en el actual liberalismo financiero se desató una corrupción que está también en el origen de la catástrofe del sistema. Como muchas otras veces Bush miente descaradamente: ¿recuerdan las famosas armas de destrucción masiva que “obligaban” a la invasión de Irak?
La prácticas del neoliberalismo en los ultimos años han sido particularmente prolíficas en la rapiña y en la corrupción de sus “capos”. Pero lo que no acaban de admitir sus “gobernantes”, de acá y de allá, es que el mundo vive una catástrofe de dimensiones colosales tal vez no conocidas antes: prefieren el disimulo a reconocer abiertamente su torpe inmoralidad.
Unos cuantos botones de muestra: el Departamento del Trabajo en Estados Unidos acepta que al final del año se habrán perdido más de 1 millón de puestos laborales. El Producto Interno Bruto de Estados Unidos se ubicará en 2009 en un rango de entre -0.2 por ciento y 1.1, según las nuevas previsiones publicadas por la Reserva Federal, revisando fuertemente hacia la baja sus proyecciones anteriores.
Por otro lado, el índice de precios al consumidor en Estados Unidos cayó en octubre 1.0 por ciento (excluyendo alimentación y energía) con relación al mes anterior, la mayor baja jamás registrada; esta caída es un récord desde que se lleva la estadística iniciada en el año 1947. Igualmente, la baja de la construcción fue en octubre de 4.5% menor que en el mes anterior.
Siguiendo con nuestro muestreo de ejemplos, la producción industrial en México cayó un 1.8% en septiembre, por quinto mes consecutivo, mientras que la producción dirigida a Estados Unidos se contrajo 2.69% en el mismo mes, respecto al anterior. (INEGI).
En Europa la catástrofe es de dimensiones similares o más agudas. Y apenas es el comienzo, conciden en afirmar especialistas de la envergadura de Joseph Stiglitz y Paul Krugman (recientes premios Nobel de Economía).
Por eso es válida la afirmación de muchos sosteniendo que es una crisis del corazón del sistema capitalista y no sólo una de sus “crisis de ajuste”. Por lo pronto resulta claro que los esfuerzos del sistema actual van dirigidos a “autoconservarse”, lo que resulta lógico. Y más cuando faltan los proyectos alternativos que se expresen con fuerza política organizada y ampliamente popular.
Pero es imposible cancelar la posibilidad de cambios más radicales: la miseria y la indignación se han extendido y pudieran coincidir en un incendio más amplio de la pradera de la explotación salvaje.
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