Gilberto Balam Pereira
Chuchos no dejarán desarrollar movimientos ajenos
Para comentar con AMLO en su visita
Un sistema político derrumbado, perdió el rumbo. Y no se levantará. Frases que se están volviendo lugares comunes por tanto que lo han comentado los analistas de conciencia.
No falta quien esté proponiendo que con alianzas tórpidas puede enderezarse la hecatombe por la que atraviesa el capitalismo y ya planean algunos ir en “unidad codo con codo” intentando recuperarse (Chuchos y otras corrientes perredistas por ejemplo). La unidad es espejismo que continuamente se desvanece. La unidad es una mentira con la que la lúdica clase política retoza ridículamente todos los días.
Por ejemplo, Beatriz Paredes hace un llamado al PRD (puede que a los Chuchos sí les interese la invitación) dizque para unir fuerzas de manera que el próximo año enfrenten juntos (¿), más allá de la coyuntura electoral, el reto de cambiar el rumbo de México y buscar un cambio en las políticas económicas mundiales. ¡De ese pelo! ¡Mundiales! Nada menos. Ni siquiera en su partido han logrado algún cambio. Por el contrario, el PRI, va sistemáticamente, sí en unidad, pero con la más nauseabunda derecha en momentos relevantes del país como el TLC, el Fobaproa, la Ley del ISSSTE, la Ley Televisa, el fraude electoral del 2006, la reforma energética, el apoyo al fraude de la elección interna del PRD muy reciente y otras jangadas.
¿Quién puede creer que el PRI con sus vomitivos Salinas, Beltrones y Gamboa Patrón puedan preocuparse por la “justicia social, la paz y la libertad? principios que la tlaxcalteca ofrece como objetivos al PRD secuestrado hoy por un grupúsculo de chucherías, vividor sempiterno de la politiquería y la corrupción. Hay quienes apuestan que tendrían candidatos comunes PRI y PRD chuchista en las elecciones del 2009.
Alejandro Encinas rechazó aceptar la Secretaría del PRD al no estar de acuerdo con la imposición del régimen, con la intromisión del Estado a través del TEPJF, que no tiene sustento jurídico y con el apoyo del PRIANNI, en la selección del ilegítimo presidente Ortega que no ganó las elecciones internas y cuyas cifras de votación están alteradas, por votos en casillas que no se instalaron, en casillas “zapato” y otras más, plagadas de irregularidades. Me refiero al representante de la más degradada corriente del PRD: Jesús Ortega. Se necesita estómago y falta de moral para ser k’oz (ayudante, secretario, mandadero) del tal Jesús. Y a pesar de todo ello, Encinas y partidarios se resisten a llamarle espurio a este Chucho (curiosamente sinónimo de perro, según el Diccionario de la Lengua Española). Encinas, con su decisión va de acuerdo con la ética del movimiento de resistencia que dirige AMLO. Y si estamos luchando contra un presidente espurio de la República, no podemos aceptar, o marchar junto a un presidente espurio del Partido.
Además hay compañeros de izquierda que se preguntan si el PRD tendría remedio –sobre todo ahora con los Chuchos secuestradores– después de 28 años de experiencias fallidas de partidos de izquierda orgánicamente unidos y de 19 años de negociada unidad interna, con mayores vicios electorales que no ayudan, sino por el contrario, favorecen las prácticas clientelares y las negociaciones por encima de los principios. Ese partido ha sido una simple alianza de grupos de conveniencias que se rajan cuando entran en contradicción entre sí. En todo caso, no nos queda más que desear que estemos equivocados y que Encinas y los que lo siguen puedan rescatar al PRD SIN DEJAR JIRONES DE SUS PRINCIPIOS EN EL CAMINO. ¿Dónde ha quedado ese partido de izquierda que el pueblo necesita y merece?
Por nuestra parte, no dejamos de insistir en la necesidad de un PARTIDO NUEVO, no sólo cercano a las causas populares sino como expresión orgánica del movimiento de resistencia civil y de superación de una nación en la que ha prevalecido la simulación injusta y pervertida.
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