• Dos vertientes: AMLO y MFB
• ¡¡Fueeeeego!!... en el patio trasero
Whistler, Canadá.- Una mentira, mi estimado, va pisándole los talones a otra. Siguen las malas noticias que ensombrecen estas fiestas del muy aciago año. Mientras las alarmas internacionales continúan sonando con relación al fundado temor de otra Gran Depresión mundial, los números de los chicuelos de Hacienda, de Carstens, se ven apretados y comprometidos con el entretenido asunto de los precios del petróleo, que están contemplados para el ejercicio fiscal federal del 2009.
Si a esto le agrega la cifra aterradora de la cacareada inflación anual, que llegó al 6.56 por ciento en la primera quincena de este accidentado mes, my friend, ¿dónde rayos quedaron las cuentas alegres y los divertidos pronósticos del BdeM sobre el techo del singular 3 por ciento…? El escalofriante dato, que además no cuadra con la realidad sobre la inmisericorde alza —mucho mayor al número reportado– en los precios de la canasta básica y otros productos necesarios, choca completamente con la tarabilla espotera de los logros para vivir mejor de este (des)gobierno que inunda los espacios con sus campañas que insultan la inteligencia de millones de mexicanos que ven alarmados e inquietos la bendita cuesta de enero… que durará, por lo menos y para muchos, hasta el primer semestre y ya de cara a las elecciones intermedias.
La volátil cuestión de la economía familiar será, sin lugar a dudas, el detonador de un conflicto social latente que ya se despliega justamente en donde más duele: en los bolsillos de tirios y troyanos.
Y este simpático epicentro político-social, cuya bandera hace algunas lunas ha enarbolado Andrés Manuel López Obrador ante lo que ya se considera como el año de la tormenta perfecta, fue captada por la nariz y el olfato del poderoso senador Manlio Fabio Beltrones, quien también está puntualmente informado de la gravedad de la crisis con la México enfrentará el 2009. El asunto es que el sonorense ha convocado a un atractivo Foro whatever comenzando en enero para que todos los sectores discutan, se sumen y propongan soluciones para paliar el devastador tsunami económico.
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