Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
La verdad, no podemos ser muy optimistas. Para Obama no constituyó un encuentro formal ni vinculatorio
Lo bueno es que Barack Obama no es rencoroso. Y que aparentemente se olvidó de que el gobierno calderonista se pronunció tácitamente por su adversario republicano John McCain. Cuando en plena campaña y ejerciendo el divino derecho de la inoportunidad apostó al caballo perdedor, cuando a las claras ya se veía venir el triunfo del demócrata. Eso nos pasa por andar de chiles fritos.
Como quiera que sea, habrá que reconocer esta de cal, por las muchas que van de arena de una diplomacia mexicana absolutamente extraviada en ocho años de gobiernos panistas. Tampoco es desdeñable que —aun tratándose de una costumbre— Felipe Calderón haya sido distinguido como el primer y único jefe de Estado que se encontró con Obama antes de que tome posesión como el presidente 44 de Estados Unidos la próxima semana.
Puede ser un buen principio. Habíamos insistido hasta la saciedad en la urgencia de plantarle cara y agenda al nuevo mandatario. Así que, por lo menos, ese primer objetivo se ha alcanzado.
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